Siempre escuchabas algo más de lo que decían las palabras
A veces apuntabas la esfera blanca de los días
Sin necesidad de abrir los ojos,
Sabias por donde era el poniente
Había una comunión extraña entre los astros. Los grillos y tus manos…
y necesitabas tanto de este aire,
Resuelta caminabas sobre las paredes, sobre los techos de la casas
Brincabas entre ellos sin miedo a caerte o que tu pie no sea firme
y mirabas fijamente con los parpados bien puestos
Muchas veces pensé que era algo más de ti, o de nosotros
Pero tuve que verte sentada, bañada en luz, sobre un león emplumado
Para comprenderlo…
Tuviste que marcharte tan lejos de todos
Y encontrarte con, El mismo
…
Lo entiendo todo ahora…
lunes, 17 de agosto de 2009
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